jueves, 5 de enero de 2012

Tendencias marketing. El ataque de los código BIDI o QR

En España a veces nos pasamos de modernos. Tenemos más de una línea de teléfono móvil por persona. Más que muchos países europeos con una renta per cápita que en algunos casos casi nos duplica o triplica. Y lo mismo con los smartphones. Todo el que puede tiene uno o dos.

Pues bien ahora se han puesto de moda los códigos BIDI o QR. Son tendencia y de repente están por todos lados. En los paquetes de chicles, de leche, de cerveza, en el cartel  de los horarios del autobús, en el que anuncia la próxima actuación de la tuna, o la de Maria Jesús y su acordeón (que actualmente reside en Benidorm  porque a los pajaritos les viene mejor ese clima). Los códigos están por todos lados. Mira que estéticamente son feos (de repente en un pack con colorido armonioso irrumpe un pastiche en blanco y negro) pero ante eso no se puede hacer nada. No hay estrategia de marketing que se tercie que no incluya los código BIDI en ella. Hasta aquí todo bien. ¿Pero que le aporta al consumidor? En la mitad de las ocasiones: tan tatachán...NADA.

Esto de los códigos empezó con el tema de las tarjetas de embarque. Eficacia increíble y quedabas superguay llegando al control y enseñando tu telefonazo. Matabas dos pájaros de un tiro: rapidez y le enseñabas al de seguridad que eres super moderno. Pero ahora en los departamentos de marketing deben
pensar que no se es molón si no se hace algo con los BIDI, y ahí todos como borregos. Señores a estrujarse el cerebro y a aportar algo, que dentro de poco van a estar en el papel higiénico

Para los responsables de marketing digital, les viene como anillo al dedo, porque como forma de medición es cojonuda muy buena, y está muy bien lo de innovar, pero necesito que como consumidor me aporte algo. Si me molesto en sacar el móvil, y hacer la captura, es porque espero algo a cambio: contenido exclusivo, una promoción especial a la que solo se puede acceder por BIDI, la canción del jingle de forma gratuita (porque sabes que ha pegado entre la gente, no porque quieras hacer branding), descuentos, un microsite, etc. Si por el contrario, me vas a mandar tu spot de TV (que no es nada del otro mundo), redirigirme a tu web, o a cualquier otro sitio al que puedo acceder por otro lado...pues sinceramente métete tu BIDI por donde te quepa y vete a medir el tráfico a tu web con Rita la que cantaba fandanguillos.Vetealamierda.com Y encima tu marca queda como el culo. Y ésto es tu comunicación de marca.


Esto último es lo que pasa con infinidad de marcas. Es tendencia los BIDIS, pues BIDIS a cascoporro sin saber qué pueden aportar y sin saber que puede ser mucho. Tanto en internet como a través de móviles, los usuarios estamos encantados de interactúar con las marcas, siempre y cuando nos den algo, algo importante, y si es exclusivo, mucho mejor porque nos sentimos privilegiados. Y una vez me des ésto, si quieres me mides (lo que hago, por donde navego, el tiempo que permanezco, lo que descargo, etc...), pero hay que hacer que una acción BIDI (aunque aplicable a toda acción de marketing) sea beneficiosa para ambas partes. El papel de supremacía de las marcas es del pleistoceno, y gracias a las web 2.0 y sus usuarios una marca se puede hundir en menos tiempo que lo que tarda Rihanna en sacar un single o lo que tarda cualquiera de Sálvame en montar un circo.

Hay marcas que lo hacen muy bien, y no es bueno generalizar, pero muchos casos ocurre lo que he contado, así que menos tendencia y más aportar cosas

Dentro de poco haré mis confesiones por código BIDI... tiempo al tiempo, y es que si quieres te puedes hacer uno en tu casita. Verídico.


3 comentarios:

  1. Javi, más razón que un santo...

    María.

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  2. Lo cierto es que no sirven para nada, pero al jefecillo de turno le mola que haya uno en su tarjeta...

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Gracias por tu comentario y tus confesiones en este blog. AB María Purísima